Detrás de los personajes están las personas que los interpretan y que, cada día en los ensayos, se transforman en un padre, una madre, la moral, la educación...y finalmente nuestro recién nacido que, huyendo de todos ellos y de sus imposiciones, conoce a otro personaje llamado Anestesia.
Íkaro y Anestesia se enzarzan en una bellísima danza y él es transportado a un mundo onírico y placentero donde nada es imposible y volar está al alcance de las manos.
Sobre el escenario hay experiencias que se pueden convertir en algo mágico, porque hay algo especial en las personas que quieren compartir con el público algo tan íntimo como interpretar. Mi respeto y admiración para todas ellas, que nos hacen soñar y tranportarnos a mundos donde no hacen falta alas para volar.
miércoles, 2 de junio de 2010
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